Cuando el cuerpo empieza a quejarse en silencio

Fatiga sin razón aparente, dificultad para bajar de peso, cambios de humor que aparecen sin aviso, antojos por lo dulce, acné y reglas que duelen más de lo normal... Todos estos síntomas pueden estar conectados por una causa común que muchas veces pasamos por alto: la inflamación crónica y el intestino permeable.

Como health coach especializada en salud hormonal, acompaño a mujeres que se sienten desconectadas de su cuerpo, frustradas por no entender qué les pasa. Y muchas veces, la clave para empezar a sanar está justo en su intestino.

En este post quiero explicarte de forma sencilla y cercana cómo la inflamación y el intestino pueden estar saboteando tus hormonas, y lo más importante: qué puedes hacer para recuperar el equilibrio.

¿Qué es la inflamación crónica?

Imagina que tu cuerpo tiene una alarma interna que se activa cuando hay peligro: una infección, una herida o una toxina. Esa es la inflamación. Es buena y necesaria, pero solo por un tiempo corto.

El problema aparece cuando esa alarma no se apaga nunca. Entonces hablamos de inflamación crónica de bajo grado. Es silenciosa, no duele directamente, pero va causando estragos poco a poco.

Puede venir por el estrés, por lo que comemos, por dormir poco o incluso por pensamientos que nos generan ansiedad constante. Y cuando esta inflamación se mantiene, el cuerpo empieza a protestar en forma de cansancio, dolores, niebla mental... y desequilibrios hormonales.

El intestino permeable explicado fácil

Nuestro intestino es como una red con miles de filtros. Su función es dejar pasar los nutrientes buenos y bloquear lo que no debería entrar al cuerpo: bacterias, toxinas, fragmentos de comida mal digerida.

Pero cuando esa red se rompe o debilita, esas cosas que deberían quedarse fuera, pasan al torrente sanguíneo. Y allí empieza el problema: el sistema inmune se activa, se genera inflamación y el cuerpo entra en "modo defensa" todo el tiempo.

Eso es el intestino permeable, y muchas veces pasa sin que lo sepamos. Pero sus efectos se sienten, sobre todo en las hormonas.

Caso real: Lucía, 34 años

Lucía me escribió desesperada. Tenía 34 años, dos hijos pequeños y sentía que había perdido el control de su cuerpo. Estaba agotada, su regla venía con mucho dolor, había ganado peso en el abdomen y no había forma de bajarlo. Tenía acné en la mandíbula y le costaba concentrarse.

Le pregunté sobre su alimentación, su sueño, su nivel de estrés... y sobre su salud digestiva. Me contó que siempre estaba hinchada, tenía gases frecuentes y muchas veces se sentía peor después de comer. ¡Bingo!

Lucía tenía todos los signos de un intestino inflamado y permeable. Empezamos un plan de restauración intestinal, trabajando también su rutina diaria, descanso y alimentos que apoyan las hormonas. En 3 meses, su energía era otra. Su piel mejoró, su regla se volvió regular y el abdomen desinflamado.

Cómo el intestino afecta tus hormonas

Estrés e inflamación

Cuando vives estresada, tu cuerpo produce más cortisol. Esto daña la barrera intestinal y genera más inflamación. Y esa inflamación hace que tu cuerpo produzca más cortisol. Es un bucle que agota tus glándulas y tus hormonas se desajustan.

Problemas con los estrógenos

En tu intestino viven bacterias que ayudan a eliminar el estrógeno usado. Si hay disbiosis (bacterias en desequilibrio), ese estrógeno se recicla y vuelve a circular, provocando dominancia estrogénica. Esto puede darte:

  • Reglas dolorosas o abundantes

  • Pechos sensibles

  • Retención de líquidos

  • Cambios de humor premenstruales

Tiroides lenta

Tu tiroides necesita un intestino sano para funcionar bien. Si hay inflamación, la conversión hormonal no se hace bien y puedes tener síntomas de hipotiroidismo: fatiga, frío, cabello que se cae, metabolismo lento.

Resistencia a la insulina y SOP

La inflamación también afecta la forma en que usas la glucosa. Si tu cuerpo no responde bien a la insulina, aumentan los andrógenos (hormonas masculinas) y puedes tener signos de Síndrome de Ovario Poliquístico: acné, vello en el mentón, ciclos irregulares.

¿Te suena familiar?

Si te identificas con varios de estos síntomas:

  • Te sientes hinchada frecuentemente

  • Tienes antojos dulces o cambios de humor

  • Te cuesta bajar de peso aunque "comes sano"

  • Tus reglas son un caos

  • Estás cansada incluso al despertar

... es muy probable que tu intestino y tu sistema hormonal necesiten ayuda.

Cómo empezar a sanar tu intestino (y tus hormonas)

Te dejo los 5 pasos que trabajo con mis clientas:

Paso 1: Eliminar lo que daña

Fuera el gluten, azúcares refinados, ultraprocesados, alcohol por un tiempo. Estos alimentos inflaman.

Paso 2: Reponer lo que falta

Agrega caldos, vegetales, alimentos reales y ricos en nutrientes. A veces también enzimas digestivas ayudan.

Paso 3: Reponer bacterias buenas

Probíticos y alimentos fermentados ayudan a repoblar el intestino de bacterias aliadas.

Paso 4: Reparar la barrera intestinal

Con nutrientes como colágeno, glutamina, omega-3 y alimentos antiinflamatorios como la cúrcuma.

Paso 5: Regular tu estilo de vida

Dormir bien, moverte sin exigencia extrema, manejar el estrés. Tus hormonas lo agradecen.


Conclusión: Empieza por tu intestino

Cuando tu intestino está inflamado, tus hormonas se vuelven locas. Pero la buena noticia es que puedes empezar a sanarlo con pasos simples. Y cuando lo haces, todo cambia: tu energía, tu piel, tus ciclos, tu relación contigo misma.


¡Dá el primer paso!

Si todo esto resuena contigo, no lo ignores. Puedes agendar una sesión conmigo y juntas vemos si tu intestino está afectando tu salud hormonal. Estoy aquí para acompañarte.

Sandra Balcells
Health Coach especializada en hábitos sostenibles, salud hormonal y bienestar femenino
📩 info@sandrabalcells.com


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